
DON VALVERDE
A 100 años del Nacimiento de Mario Benedetti.
Habemos cientos, miles, decenas de miles, de liverpoolenses por ahí. Gente emparentada por el amor a los mismos negriazules colores. La inmensa mayoría anónimos. Pero hay un puñado pequeño de hinchas que son figuras públicas. Por ejemplo los Alejandros que conducen radio. El Alejandro Camino de este lado del charco, y el “Negro” Alejandro Dolina, en la otra orilla, que muchas veces cierra su programa “La Venganza será Terrible” cantando el Himno de Liverpool. Los carnavaleros son varios, desde el “Catusa” Silva de Araca a los hermanos Alanís de la Soberana, pasando por el Loco Ramella, entre tantos.
La política nos da varios negriazules, y los encontramos a diestra y siniestra. El presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, o Mónica Bottero, integrante del actual gobierno. También Héctor Lescano, y más atrás el recordado Hugo Batalla, don Fernández Crespo o hasta José “Pepe” D’Elía, que más de una vez se dijo hincha de Liverpool.
Entre tantos negriazules quiero hoy hablar de uno muy singular, que quizá ud conozca...o no: don Valverde. Muy poco se sabe de ese hincha. Si uno asocia Valverde, Fútbol, Uruguay, piensa en el “Pajarito” del Real Madrid. Pero no. De éste Valverde hincha del Glorioso Liverpool no se sabe casi nada. Ni siquiera su nombre de Pila. Es Valverde....a secas. A los sumo se conoce de Valverde que además de ser del Glorioso, le gusta pescar y trabaja o vive por la Ciudad Vieja. Poca cosa para identificarlo. Sin embargo estoy seguro de que cientos de miles de personas han leído alguna vez sobre Valverde y su condición de hincha de Liverpool. Y hasta en diferentes idiomas. Aunque casi nadie lo recuerde.
Otro dato del señor Valverde es que es conocido de Ramón Budiño. Ramón es un joven idealista que vive en constante conflicto con su padre, Edmundo Budiño. El padre es un tipo rico, ambicioso, autoritario y sin escrúpulos, que maneja a su antojo y en pro de su enriquecimiento personal los hilos de la política y la economía del Uruguay. Ramón tiene grandes problemas con el padre, y la manera de solucionarlos que encuentra es drástica: Asesinarlo. Parece una novela dirá....pero no parece.....ES una novela.
Ramón Budiño, su padre Edmundo, y el propio Valverde, son personajes ficticios, salidos de la pluma de don Mario Benedetti para su novela “Gracias por el Fuego”,
En una parte de la novela Ramón le avisa a su secretaria que va a comer en el centro. Caminando por la Ciudad Vieja, se va encontrando con conocidos, a los que va saludando:
" - Adiós Tito
- Adiós Doctor.
- Adiós Pepe
Es increíble la gente que conozco en la Ciudad Vieja
- Chau Lamas
¿Sería realmente Lamas?
- Adiós Valverde, ¿Cómo va ese glorioso Liverpool?
Son los dos únicos temas que se pueden tocar cuando se habla con él: la pesca y Liverpool. ¿Existirá alguien que realmente disfrute con la pesca aparte de los bagres que huyen con media carnada? ”
Me encanta esa mínima presencia de Liverpool en la Obra de Benedetti, porque describe en un renglón al hincha negriazul. ¿A cuantos de nosotros solo se nos puede hablar de Liverpool y de alguna otra cosa y nada más? Imagino que todos nos sentimos identificados con don Valverde.
La novela está ambientada en 1959, por lo que Valverde sufriría o se alegraría con las atajadas del gran Luis Dogliotti, el juego por el lateral del “Diablo” González, o los goles de Pedro Campero, Omar Abreu o Guillermo Pedra, como nosotros hoy con las tapadas de Lentinelli, la magía del "Tofi", la subida por el lateral de Camilo o los goles del "Colo", el "Cachimba" o Emiliano.
Mario Benedetti, al igual que su amigo Eduardo Galeano, era futbolero e hincha confeso de Nacional. Supo entreverarse, como todo uruguayo que se precie, en picados donde tenía vocación de golero. Además su condición de asmático lo hacía candidato cantado a correr poco. Admiró a Atilio García, el argentino ídolo de todo bolsilludo de aquella época, y que fue delantero negriazul al final de su carrera.
Mario frecuentaba el Centenario. Cuentan que iba al estadio siempre con un libro bajo el brazo, y en el entretiempo o cuando el partido era aburrido se ponía a leer. Supo ir todos los fines de semana por muchos años a ver a los grandes, y escribía humorísticas crónicas deportivas para La Mañana y El Diario con el seudónimo de Orlando Fino. Pero Mario fue un escritor comprometido con su país y con el tiempo que le tocó vivir. Por eso cuentan que una vez para lanzar volantes contra el TIAR, logró que lo dejaran subir a la torre de los homenajes del Centenario y lanzarlos desde ahí.
También Mario supo, al igual que Galeano, escribir sobre fútbol, pero siempre usándolo para hablar de otros temas que hacían a su visión de la sociedad. Su más recordada incursión en la literatura futbolera es “Puntero Izquierdo”, uno de sus mejores cuentos. Otro no tan conocido es “Césped”, sobre un golero de “cuadro chico”. En muchos otros textos no futboleros de Mario, se pueden encontrar salpicaduras de fútbol. Como ese hincha que se cruza por la calle con el protagonista de “Gracias por el fuego”.
Vaya entonces el recuerdo en su 100 aniversario a ese Mario, que quizá lapicera y hoja en mano, escribiendo su gran novela, tuvo un fugaz pensamiento hacia nuestro club, y decidió crear en esa obra a un hincha del Glorioso Liverpool.
PD: Ayer, al final de la gran victoria contra River, ingresó a los 92 minutos el juvenil Gastón Pérez, oriundo de San Gregorio de Polanco. Así que también es bueno aprovechar para recordar a los oriundos de Paso de los Toros y pueblos vecinos, que defendieron nuestros colores. Los coterráneos de Mario como Pierino Lattuada, el “Jubilado” Peralta, Roberto Inzúa, José Maldonado, Víctor Púa, el "Koala" Ocampo, entre tantos grandes jugadores que nos dio Paso de los Toros. Gracias por ellos, gracias por Mario....y gracias por el fuego.
PD 2: Publicada en Facebook esta nota, entre los comentarios encontré uno muy especial. Stella Valverde decía: “Si en la pagina 138 nombra a mi padre Jacobo Valverde hincha del nacimiento a la muerte de nuestro glorioso !!!LIVERPOOL!!!Fueron en una época compañeros de trabajo”. Así que al final, Don Valverde no era tan ficticio después de todo!!!.