
LA HINCHA DE PEÑAROL

La pandemia te deja en tu casa mucho tiempo, sin ver a todos como uno quisiera, y sin poder ir a la cancha.!!! Y uno termina medio mal de la cabeza. Con decirte que hasta se entra a dudar de la fidelidad a los colores.
De pequeño, lo confieso, me tiraba Peñarol. Mi tío me llevaba a ver al mirasol. Y por ende, dicen era hincha de los colores aurinegros. Sin embargo tengo un recuerdo que se mezcla en 1987. Recuerdo estar viendo la final de la Libertadores, vestido con remera roja, y mi tío me dice…. “sacate esa remera que es la del América de Cali, trae mala suerte”. Juro que sacármela y que Diego Aguirre hiciera el gol, fue una cosa sola. Nunca nadie valoró mi aporte a aquella hazaña. Pero ese 1987 también fue el año en que mi padre, que no hacía mucho se había conocido con mi madre, me llevó al Parque Central y sentí eso de salir campeón de la B cuando Liverpool le ganó a Racing la recordada final. Ahí parece que el amarillo arrancó a cambiar por el azul, y pedi pase de “aurinegro” a “negriazul” en un santiamén. Dice la psicóloga que es algo normal, todo niño busca puntos de contacto con su padre. En mi caso los arranqué a buscar a los 5 años, porque ahí fue cuando lo conocí. Parece raro, pero tengo un padre que me conoció y se convirtió en tal a mis cinco años. Y me hizo de Liverpool.
Algo que también pasó en ese 1987 es que nació ella, pero yo me enteraría de eso hace poco. Estaba buscando en las redes sociales algo que se me hace difícil encontrar en otros medios, y terminé una noche conversando con ella, hasta las 5 de la mañana, y como si fuéramos conocidos de toda la vida. La charla no había arrancado bien, porque ella pensó que podía rastrear donde estaba e iba a ir a su encuentro, a cruzarmela por la calle!!!. Pero ese arranque, cuando el pánico dio paso a la risa, sirvió para que la charla arrancara muy divertida, algo tan necesario hoy en día: reírse sin saber ni porqué. Claro que había bastante a favor para reirnos y pegar buena onda, además de su estado natural que la hace reírse mucho. Ambos teníamos cierta forma similar de pararnos ante la vida en algunos temas, ambos padres separados, ambos con un humor parecido, con gustos musicales afines, el gusto por escribir…..y ambos con el gusto por el fútbol. Pero había un pequeño problema, no tan grave como votar a Manini, pero más grave que su gusto por fumar…..ella era Peñarolense rabiosa, de esas de ir a la cancha, de esas que pone una foto en el Campeón del Siglo como foto de perfil en Whatsapp, de esas que no se pierde un partido, de las que te babosea mandando fotos de la cantidad de copas que tiene su club, de esas a las que le corre “oro y negro” por sus venas.
Capaz no era tan grave el tema de que fuera de Peñarol, pero al poco rato de conversar la cosa se complicó más.....me lo confesó….detesta a Liverpool. Pensar que mis amigos de Nacional me dicen que somos un cuadro alcahuete de Peñarol. Pero ella decía que contra Nacional siempre perdíamos (ella usó otras palabras un poco menos políticamente correctas). Pensar que veníamos de ganarle la final de la Super Copa en Maldonado y todo. Pero ta…..nos detestaba. Igual en su ranking estábamos 4tos, fuera del podio. Otros tres equipos nos aventajaban en su “escala de odio”, con los “innombrables” arriba del todo.
Luego de compartir charla, fotos, chistes, gastadas, que tu cuadro esto….que el tuyo lo otro….que pasate a Ancel y deja Movistar….. que ganen por favor así quedamos primeros…me entró a decir algo que me preocupó: a vos te tira Peñarol!!! Y me lo entré a cuestionar. ¿Acaso la personalidad no se forma principalmente en los primeros 5 años de tu vida? Esa fue mi etapa de aurinegro. ¿Y si ella tenía razón?.... es cierto que en los clásicos, por más que diga que ojala pierdan los dos, me siento mejor si gana Peñarol. Como la historia de aquel hincha que un día estaba triste y no sabía porqué y era porque vio el diario y había perdido Peñarol, y ahí se dio cuenta que era hinca del aurinegro.
Para sacarme la duda, hicimos lo que se hace muchas veces en estos casos: vernos. Saber si esa onda virtual se repetía….ver que pasaba con ella, con la “aurinegra”. Llegué tarde luego de un domingo de mil vueltas, como muchos. Arrancamos mal. Pero ella estaba esperando que le avisara cuando llegara. La esperé en la parada del bus y apareció por atrás. Descubrí una gurisa hermosa. No solo tan o más linda físicamente que en sus fotos, sino que era tal como me la imaginé en la charla. Le conté que odié a Peñarol cuando nos robaron el Apertura 95 (por mensajes posteriores se burlaría de que yo llorara ese día), y le conté bastante de mi vida. Capaz demasiado porque no dejé que hablara casi nada. Le conté que no me llamaba como me llamaba, y del porqué de ese misterioso y confuso cambio de nombre…..no me animé a hacerle la broma de que no era tan grave....si su club también se cambio el nombre y era el mismo club de siempre....no ibamos a ponernos a discutir en una primera "cita" cuestiones de "decanato".
La charla fue discurriendo hasta las 12, pues cual cenicienta tuvimos que irnos antes que nos agarre el Covid o Larrañaga, que uno ya no sabe a esta altura que es peor. Luego de pasarlo bien charlando con ella, me llevó hasta casa. Estar con ella era un viaje....todo pasaba tan rápido.....sobre todo los autos que pasabamos como poste. Y sin sinto....perdón....Cinto de seguridad. Es que algunas veces hay que vivir las cosas así, a toda velocidad y sin cinto......Y que dure lo que dure. Y esta historia duró muy poco. Me dejó a dos cuadras de casa, con la promesa de seguir conversando y volvernos a juntar. No me preocupó que no quisiera continuar la charla en casa esa noche, porque promesas son promesas, y la de volvernos a ver estaba ahí.
Al otro día los mensajes no fueron lo mismo. Muchas veces pasa….mejor haberse quedado en la duda quizá. Se siente que uno se pierde la chanche de conocer a una personal genial por errarle vaya uno a saber a que. Decidí no volverle a escribir y quedarme con las ganas de decirle que quería verla de nuevo. No atomizar. No decirle que quería hacer uso de esa promesa. Quería verla de nuevo. Esperaba saber algo de ella. Pero no había mensajes. No digo que me escribiera para felicitarme porque seguíamos primeros, faltaba más, pero ni siquiera para ofertarme un plan para pasarme a Ancel. Así esta la empresa!!!
Me acordaba de su nombre y de su foto de Facebook, esa en la que estaba de amarillo y negro y hermosamente acompañada…..y pude encontrarla fácilmente. Y le escribí……siendo como es tan asustadiza con la tecnología espero no entre en pánico.....
Le dije que hoy, 15 de febrero de 2021, cuando estamos cumpliendo 106 años, pensé en el negro y azul más lindo que había visto para ponerlo como foto de perfil en Facebook. Y que me decidí por mi hija con su camiseta en el primer día que me acompañó a la cancha. Pero que cuando me puse a pensar que foto poner.... me dije…..que lástima que no tengo foto de ella, la única vez que nos vimos, allá en un Bar en Sayago,….porque ella….dice que sin querer….. había ido hermosamente vestida….de negro y azul.