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JULIO CÈSAR QUIROGA

"EL MATA"

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Julio César “El Mata” Quiroga fue lo que años después se denominaría, al decir del “Pepe Veneno”, como un producto del “semillero de virtudes”. Apodado “El Mata” por el recordado jugador argentino Vicente De La Mata, Quiroga hizo las inferiores y jugaba de “entreala”.

El 20 de junio de 1948 jugábamos en Belvedere contra River por la 8va fecha del Competencia. Es el debut de Julio César Quiroga en la delantera negriazul. Pero además será un partido histórico por una increíble circunstancia. El juez Armental, cuando faltaban 5 minutos para el final, hizo el empate para Liverpool 2 a 2. Quedó en la historia como el partido que empatamos con un gol del juez.

 

Si bien debutó en el primero en el Competencia de 1948, fue ese el único partido que jugó en el año. En 1949 es cuando se destaca, debutando contra Cerro el 4 de setiembre en la tercera fecha del uruguayo. Ese día hizo los dos goles para el empate 2 a 2 con los de la villa. Arrancamos perdiendo con gol de Cancela, A los 41 un tiro libre de Pérez en forma de centro encuentra a Quiroga, que de cabeza convierte el empate y su primer gol en Liverpool. Al minuto Aguirre puso de nueva adelante a Cerro en pelota que se le escapó de las manos a Di Matteo. En el segundo tiempo nos salvamos de milagro porque Rubén Morán, el que jugará la final de Maracaná en lugar de Vidal, se la tira por arriba a Di Matteo, y cuando ya se gritaba el gol, Holdoway apareció de la nada y con el pecho logró evitar que entrara, A los 31 minutos otra vez llega al área un centro de Guillermo Pérez, se le escapa a Bella, arquero de Cerro, y Quiroga sólo tiene que empujarla para lograr el empate. A partir de ahí será titular en la oncena negriazul, jugando 14 partidos en el uruguayo y convirtiendo 7 goles.

 

 

Sus buenas actuaciones lo hacen ser llamado al combinado que se preparaba para Maracaná. Para el proceso preparatorio al Mundial 1950 son 44 los jugadores citados en un principio, entre ellos Walter Holdoway, Alejandro Pereyra y Ramón Villaverde. Luego de la primera práctica es que renuncia el técnico Pedro Cea y toma su lugar el que era el preparador físico, Romero Vázquez. Para la segunda práctica se llama a 11 jugadores más, llegando a 55, entre ellos al famoso Atilio García. Los jugadores se iban citando y probando, así llega la citación a Julio Quiroga. Fue citado para la práctica del 26 de mayo de 1950, que era preparatoria para unos amistosos contra el Fluminense de Ondino Viera, de visita en Montevideo. La Celeste empata con el “Flu” 1 a 1, goles de Míguez y Didí para la visita. Quiroga no entró al partido pues venía de una lesión, Antes de la revancha se da la elección de Juan López como técnico, y Quiroga vuelve a ser citado para el nuevo partido con el “Flu”. Nuevamente Quiroga está lesionado y no puede jugar. Uruguay volvió a empatar con Fluminense 3 a 3. El 6 de junio se dio a conocer la lista de 22 definitivos para ir a Brasil, ni Quiroga ni el resto de los negriazules quedó en el plantel final.

 

“El Mata” jugó para nuestro club 9 años, desde inferiores hasta 1953. De aquellos años siempre consideró a Atilio García como el mejor jugador con el que compartió equipo cuando Atilio jugó con la negriazul. Ese 1953 Quiroga tiene su revancha con la Celeste y es seleccionado junto a Osiris Romero para el sudamericano de Lima. Debutamos venciendo 2 a 0 a Bolivia entrando Osiris en el segundo tiempo. Al siguiente partido perdemos 3 a 2 con Chile, siendo Quiroga ésta vez el negriazul que entra en el complemento. Luego empatamos 2 a 2 con Paraguay, perdemos 1 a 0 con Brasil, goleamos 6 a 0 a Ecuador y vencemos 3 a 0 a Perú, sin minutos para los negriazules. Uruguay terminará 3ro en torneo ganado por Paraguay por primera vez.

 

En el plano internacional también es destacable que Julio Quiroga fue prestado a Rampla junto a Osiris Romero, para una gira por América. Rampla tenía gran equipo (entre 1949 y 1953 completó un quinquenio de “Campeón de los chicos”) y se reforzó con los negriazules para su gira, y además con Guzmán González de Defensor. Los ramplenses, dirigidos por Rodolfo Pini y capitaneados por William Martínez, jugaron en varios países americanos con notable éxito, al conquistar 14 triunfos y sufrir solo 2 derrotas en 22 presentaciones, jugando en Colombia, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Ecuador. En Colombia jugaron el cuadrangular Fuerzas Armadas junto a Millonarios, Independiente Santa Fe y Gremio de Porto Alegre. Empató a 1 con Independiente y a 3 con Gremio. El último partido era contra Millonarios. Concurrieron al estadio 30.000 personas y se invitó al actor mexicano Mario Moreno “Cantinflas”, de paso por Colombia, a dar el puntapié inicial. Perdieron 4 a 2 y Millonarios se consagró campeón. ¿El mejor jugador de aquel equipo colombiano?.......Ramón Villaverde, que después de tantos años se volvía a cruzar con Quiroga en una cancha de fútbol.

 

 

“El Mata” partirá de Liverpool para jugar en Nacional en 1954. Según recuerda su hijo Jorge, que muy amablemente me brindó datos sobre su padre, el contrato lo firmó el 24 de marzo, justo el día que nació otro hijo de Quiroga. A comienzos de 1954, Uruguay era campeón mundial y se preparaba para defender el título en Suiza. Al mismo tiempo, un seleccionado de menores de 19 años conquistaba en Caracas el primer Sudamericano Juvenil, con José Ayup y Juan López como representantes negriazules en el plantel. Por eso, cuando la AUF organizó el calendario para ese año, les dedicó un certamen. Y así fue que el tradicional Torneo Competencia se llamó “Campeones Sudamericanos Juveniles”. Como los mejores jugadores estaban en el mundial, se tuvo la idea de invitar a clubes europeos para intervenir, pensando en la atracción que podían despertar entre las colectividades española e italiana en el país. Así, se invitó al Deportivo La Coruña y a los negriazules de Atalanta. Los italianos no aceptaron, pero sí los del “Depor”, por lo cual durante el mes de julio de 1954 se produjo el hecho único en el fútbol uruguayo y raro en el resto del mundo: un equipo participando en un torneo oficial de un país extranjero. La competencia se organizó en dos series: River Plate, Cerro, Peñarol, Wanderers y Liverpool en la “A” y Nacional, Rampla Juniors, Danubio, Defensor y Miramar en la “B”.

 

Se estipuló que los mejores de cada grupo pasarían a disputar la serie “Internacional” con el Deportivo, en tanto el resto jugaría un “repechaje”. Los ganadores se volverían a cruzar para definir el título. El debut de La Coruña atrajo a 25.000 personas el día de su partido ante Nacional el 4 de julio, justo el día de la final del Mundial entre Alemania y Suiza. Un tricolor integrado en su mayor parte por juveniles ganó 2 a 1. Los dos goles de Nacional fueron del “Mata” Quiroga. Luego, el Deportivo estuvo a punto de vencer a Peñarol, pero el aurinegro rescató un punto sobre el final, con un gol de penal del Campeón Mundial de 1950 Juan Carlos González. Después, los gallegos visitaron Belvedere para empatar con Rampla y se despidieron perdiendo ante River por 2 a 1 en el Centenario, con lo cual cerraron su campaña ocupando el penúltimo puesto en su serie. En el clásico de ese torneo, que Nacional perdió 2 a 3, fue Quiroga uno de los anotadores de Nacional.

 

El “Mata” hizo 17 goles para los tricolores ese año y quedó 3ro en la tabla de goleadores, pero no pudo impedir que Peñarol saliera campeón.  Para mejorar y cortar la racha auriengra, Nacional trae de nuevo al país a Ondino Viera, que se tuvo que ir de Brasil ante acusaciones de haber sido “espía” para la selección y de contarles a los Celestes como jugaban los brasileños antes de la final de Maracaná. Ondino trae muchos cambios y logrará salir campeón en 1955 y 1956, ya sin Quiroga, que se fue de Nacional. Tuvo un pase por Colón y luego se retira en el otro cuadro de sus amores, Boston River, siendo hace poco reconocido como el mejor jugador desde la fundación del club.

Si bien sentía profundo amor por su Bostón, el “Mata” Quiroga sintió también un especial cariño por los colores negro y azul que defendió. Eso hizo que esté todos los partidos de Liverpool en Belvedere acompañando, desde que sus cenizas, siguiendo sus deseos y con autorización del club, descansan en la cancha que lo vio jugar vestido de negro y azul. 

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